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Arquitectos: Estudio Felipe Carrizo, Tomás Randrup
- Área: 95 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Luis Barandiaran
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Proveedores: Herreria Il Fabbro, Terra Calcareos
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En el transcurso de la cuarentena una familia decidió invertir los recursos destinados para un viaje en la construcción de un lugar de veraneo común para todos los integrantes en el fondo de una de sus casas. Este lugar ubicado en las afueras de la ciudad la plata (olmos) tiene un ingreso independiente mediante un garaje existente y remata en dos patios momentáneamente unificados. La estrategia de construir un quincho/casa radica en la posibilidad de que cualquiera los integrantes de la familia, o amigos pudiera pasar algunos días allí.
Como primer gesto de proyecto pensamos en una sombra que colonice el fondo del terreno pero que no lo interrumpa que sea tan permeable como pesada. El hormigón tan sólido como permanente se evidencia en contraposición a las trasparencias de los jardines por los cuales queda rodeado. La cáscara protege, contiene, se abre y cae con un estruendo al agua, y termina por asociar la pileta que queda a orillas de la escena. El jardín permanece continuo y fluido, las geometrías delimitan el paseo y la cáscara como escultura define el objetivo del mismo. un pliegue en la losa de hormigón genera el foco, siendo el mismo que una vez adentro deje su rol protagónico para abrir la perspectiva, integrar el jardín y jugar con el sol proyectando su sombra.
El piso calcáreo abarca interior y exterior, en clave de trama o alfombra se coloca con el objetivo de desarmar los límites hasta llegar al fin del terreno y a un dormitorio en el cual como si fuera un camarote se ubicaron 2 ojos de buey enfrentados para garantizar privacidad y a la vez conexión con los jardines circundantes. El mundo privado de la casa/quincho se reviste en madera de petiribí, tanto puertas pivotantes como paredes para hacer de ese ambiente un lugar distintivo en contraste con la apertura del espacio principal.